Como ya he dicho más veces, me gusta probar cosas nuevas y ya hace tiempo que tenía ganas de forrar una libreta. Además, me gustan mucho las cosas hechas con lino, así que era una buena oportunidad para juntar lo uno y lo otro.
Empecé tomando las medidas de la libreta (es una libreta pequeña, para llevar en el bolso) y le añadí un centímetro más al largo y al ancho. Resultado: funda a la basura porque no entraba la libreta en ella. Por poquito, pero no le valía. Así que probé con un centímetro y medio más y esta vez acerté. Porque sí, porque yo soy así, todo lo hago a mí manera sin consultar tutoriales ni nada, jajaja, así me pasa lo que me pasa. Pero ahora he encontrado las medidas ideales para hacer la funda. Eso sí, para hacerla con lino que es un pelín más rígido que el algodón y hace más bulto en las costuras, de ahí que con la otra medida no valiera la funda para la libreta.

Otra cosa que tenía ganas de utilizar era el fieltro, pero el fieltro de lana, no la fieltrina que es mucho más fina. Muchas veces compro materiales porque me gustan, pero sin tener ni idea de en qué los voy a utilizar. Así que acumulo y acumulo y, de vez en cuando, hay que gastar algo para poder comprar más, jeje, a que a alguna más le pasa???
También tenía ganas de usar esta cinta que había comprado en Londres el año pasado, que ya sé que es una cinta normalita de la que aquí se pueden comprar metros y más metros, pero las cosas tienen un encanto especial cuando son descubrimientos que haces en viajes.
De camino al Soho desde Oxford Street encontré Cloth House. Íbamos tan tranquilos paseando y hablando cuando vi el escaparate y me quedé parada, muda y alucinando, jajaja. Dentro, con una dependienta majísima que hacía todos los esfuerzos del mundo para entender mi spanglish, pude disfrutar de una colección de botones y cintas vintage preciosos. Me traje unos cuantos, además de alguna tela. De hecho, me quedé tan encantada con la tienda que volví dos días después a por más cosas. Creo que la próxima vez que vuelva a Londres me quedaré allí una mañana entera.
Y si a esto le sumamos mi colección/alijo de botones que tampoco para de crecer...
No será la última que haga porque me ha gustado tanto trabajar con este fieltro que se me han ocurrido más diseños.