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jueves, 26 de septiembre de 2013

Un clásico

Si hay un chal básico de ganchillo es el Half Granny Square. Básico, sencillo y vistoso... capaz de sacar lo mejor de una lana para lucir como veis.


Esta vez el patrón es gratuito, así que podéis encontrarlo en este enlace de Ravelry. 


No me he equivocado al elegir esta lana porque el resultado no puede gustarme más. 


Es lana de calcetines de Drops en colores rosas, frambuesa, beige, grises, marrones... todo en la misma madeja, va cambiando de color poco a poco.


Tonos que me hacen pensar en un otoño alegre, con vida, como si las hojas no se fueran a caer... 


Colores que no te cansas de mirar y que tejes y tejes esperando los cambios que van apareciendo en la madeja y enamorándote de todos. 


Un chal inmenso, de dos metros de largo, que abraza, abriga, que envuelve y que tendré que volver a tejer no tardando porque no he sido la única en enamorarme de él... 


lunes, 2 de septiembre de 2013

Trabajo en equipo

Me gusta tejer, coser, dibujar, bordar, pintar... pero sobre todo me gusta enseñar. Disfruto enseñando, no puedo negarlo, sobre todo cuando "juego con ventaja", es decir, cuando mi alumna me pide más, no se cansa con nada, disfruta con lo que aprende y aprende rápido. Porque a fin de cuentas qué hay mejor que aprender lo que nos gusta???

Mi vocación frustrada no es ser profesora ni dar clases en un colegio porque, salvo escasas excepciones, creo que me sentiría más frustrada ciñéndome a un sistema educativo que no me convence y que creo que limita la creatividad, la libertad de aprendizaje (ya no digamos de enseñanza) y el disfrutar con lo que se aprende. Un sistema que, cada vez más, busca la competitividad como único objetivo, descartando y eliminando a quien no sea capaz de seguir el ritmo que marca, olvidándose de otras cosas más importantes y sobre todo un sistema que pretende que el alumno se adapte a él en lugar de buscar qué necesita y cómo ayudarle a conseguirlo.

Quizá por eso disfrute también enseñando "esas cosas que no sirven para nada", esas cosas que la mayoría ve como un mero entretenimiento y que hay que limitar a momentos concretos que no interrumpan a lo "verdaderamente importante". Supongo que simplemente es porque creo que también se aprende mucho viendo que algo lo podemos conseguir por nosotros mismos, que podemos superarnos a nosotros mismos, que podemos cultivar la paciencia, desarrollar la creatividad y sentirnos orgullosos de nuestro trabajo.

Así que el verano se convierte en ese momento relajado y hecho para disfrutar que se debería extender al resto del año.

Aquí os enseñé nuestros inicios en esto de las labores de verano. Ahora, mis dos alumnas favoritas ya han terminado lo que habían empezado aquel día (debería enseñaros fotos...) y este año han cambiado el punto de cruz por el ganchillo. La mayor hará un amigurumi... labor a largo plazo porque para ser el primero ha insistido en hacerlo bien grande. Y la pequeña, en apenas tres fines de semana ha terminado dos cosas.

La primera es esta guirnalda. Ella ha hecho toda la parte de ganchillo, pero como dice el título, ha sido un trabajo en equipo porque yo le he puesto las letras con su nombre.


Todo en tonos morados y lilas con dos ovillos de algodón de 50 grs. cada uno. Sencillos triángulos hechos sobre la base de una cadeneta y con puntos bajos que se disminuyen al principio de cada vuelta. Cinco triángulos para poner todas las letras de su nombre, pero que se podrían haber adaptado al tamaño de una frase o de una sola palabra bonita: nube, lluvia, otoño, color... yo hubiera puesto cualquiera de estas... jeje. 


Pensaba que iríamos justas de material para tejer toda la guirnalda, pero aún nos dio para algo más: un monedero de cierre de boquilla combinando los dos colores y una cinta de cuadros para hacerle un sencillo lazo que lo adornara. Hay mil tutoriales en la red e incluso vídeos que lo explican paso a paso y es una labor de las más fáciles para hacer a ganchillo, yo hasta la recomendaría para hacer con niños porque es muy entretenido, de hecho mi alumna sólo tiene 9 años y se ha desenvuelto bastante bien con ella. 


Y mientras ella hacía estas dos cosas, yo andaba detrás de esto, también para ella: una cosa más para incluir en la gran lista de labores que hay en mis agujas... aunque esta está entre las primeras que quiero acabar para que pueda estrenarla el mes que viene como muy tarde, que aquí al verano ya no le queda nada. 



lunes, 22 de abril de 2013

En mis agujas VI

Es difícil que en mis agujas sólo haya una labor porque con tantos proyectos que hay en mi cabeza, mis manos no se resisten a empezar cosas nuevas.


Como ya os había contado, me he propuesto tejer un par de calcetines al mes durante todo este año y este es el par que se corresponde con el mes de abril 


No sé si decir que es una maravilla tejer esta lana viendo lo bonito que queda con todos esos colores. 


Os si decir que es totalmente desesperante porque la hebra de esa lana se abre mucho, se coge mal con la punta de la aguja y cuesta tejerla. Aún así, a mí lo malo se me olvida pronto porque se me han ocurrido más proyectos para usarla. 


Y claro, como se me cruzan tantas cosas en el camino, este jersey no avanza tan rápido como quisiera. 


Continuamente tengo que ir contando vueltas para no equivocarme al tejer el dibujo, así que cualquier otra labor es buena para dejarlo de lado tras 10 ó 12 vueltas. 


Como esta: en ganchillo, todo a punto bajo, con lana doble, pero una labor muy a largo plazo. 


Será una manta para el sofá, pero es grande... muy grande... muy ancha... estoy tejiéndola sobre una base de 200 cadenetas, así que va lenta, pero me gustaría tenerla para el próximo invierno... como sigan apareciendo más cosas que me tienten... 


lunes, 1 de abril de 2013

Rosa, rosado...

Cerdo, cochino, marrano, gorrino... incluso por aquí se llama gocho, gochín en este caso... No creo que haya otro animal con tantos nombres.


Un animalito simpático que mira con ojos tiernos y que acompañará a una niña colgado de su silla de paseo. 


Un encargo que poco a poco iba tomando forma hasta convertirse en lo que veis: un mini cerdito amigurumi. 


Con sus mini orejas y su rabito rizado. 



Sólo espero que como buen cerdo que es no termine revolcándose en barro... 


lunes, 11 de marzo de 2013

Y ahora un gato...

siamés, para ser más exactos.

 
De nuevo un encargo personalizado: un gatito de ojos azules, en dos colores.

 
Un muñeco pequeñito, como los de la entrada anterior, para regalar a un bebé. 

 
Y una cara simpática para que el bebé tenga un nuevo amigo... 



martes, 26 de febrero de 2013

Un perro y un león

Igual hace un par de meses que no tejía ningún amigurumi, pero la semana pasada me hicieron un encargo para regalar a unos gemelos en su cumpleaños y cogí de nuevo el ganchillo y estas lanas tan suaves que utilizo para ponerme a ello. 


Un león y un yorkshire, del que además me enviaron una foto para que fuese lo más fiel posible al perro de la familia y este fue el resultado. 


Los muñecos iban a ser para dos niños muy pequeños, así que tuve que limitarme a lo que fuera seguro para ellos. 


Me hubiera gustado ponerle bigotes y un poco de pelo para hacerle un moñito al perro, pero en las manitas de un bebé no hubiera durado mucho y de ahí a la boca... ya sabéis, no tardan nada.


Aún así, me mantuve fiel en los colores del pelo del perro.


Lo que más me gusta de estos encargos es poder hacer cosas nuevas improvisando patrones, adaptándolos sobre todo a las medidas que debía tener cada amigurumi. 


En este caso en concreto debían medir unos 8 cm y con esa medida había que adaptar totalmente cada una de las piezas para que guardaran proporción. 


El segundo muñeco fue este león, que quedó tan simpático con esa melena que me están entrando ganas de repetirlo en más colores. 


Sin buscarlo, se sujeta perfectamente de pie gracias a la cola. 


Os habéis fijado en el cordón que sale de las cabezas de los muñecos? Es para poder colgarlos de las sillas de paseo de los gemelos, de la cuna o de cualquier otro sitio que se os ocurra. 





jueves, 10 de enero de 2013

Scott

Scott es un schnauzer negro con grandes bigotes. Sólo hay que verlo... 



Me encargaron este amigurumi para regalar en Navidad y fue todo un reto porque aunque conseguí un patrón resultó ser un perro pequeño y tuve que adaptarlo tanto que lo rehice entero... casi se puede decir que lo único que tenía en común con el patrón original es que ambos iban tejidos con puntos bajos...


Y es que el problema era que el perro debía ser grande, medir unos 25 ó 30 centímetros, en lugar de los 7 u 8 del patrón que yo tenía. 


Lo primero fue poner el hilo doble y a partir de ahí empezar a probar hasta conseguir la forma que quería para cada una de las partes del amigurumi. 


Tejí y destejí tanto en mi cabeza, antes de coger la aguja, como con mis manos. 


Pero al final conseguí lo que buscaba y Scott casi empezó a cobrar vida. 


Unos pocos detalles más y empezó a ser un perro de verdad. 


Un mini rabito y, por último, unos mechones grises en los bigotes y las cejas para simular alguna cana que ya tiene. 


Y listo!!! por lo que me han dicho, cuando su dueña abrió el regalo quedó encantada...

viernes, 14 de diciembre de 2012

Animalitos

Entre agujas circulares y de doble punta, sigo cogiendo las de ganchillo para hacer amigurumis. Todavía recuerdo cuando hace unos meses pensaba que no me gustaba nada esta técnica ni las cosas que se hacían con ella y ahora... ahora he perdido ya la cuenta de los amigurumis que he hecho... sobre todo ositos.

Esta osita está tejida con lana de bebé (como todos mis amigurumis) en color marrón chocolate. Esta lana hace que sean súper suaves y que en cuanto coges uno no puedas resistir la tentación de abrazarlos.


Esta osita estrena modelo de vestido: sencillito, de algodón, con una bonita tela estampada en flores rosas y moradas y que lleva un lazo morado adornando el cuello. 


Yo creo que es una de las ositas que más tiempo ha estado tejida, pero sin acabar. La hice enterita de ese color (lo mío me costó, tuve que desistir de tejerla de noche...) y así quedó, con la cara bordada, hasta que el otro día decidí por fin cómo iría vestida. 


Este es uno de los ositos más dulces que he tejido y, aunque es sencillísimo, es también de los que más me gustan. 


Es pequeñito y mientras escribo lo tengo aquí al lado porque no me canso de mirarlo. 


Esa pajarita que lleva al cuello, hecha con tela vichy en azul y blanco, le da bastante personalidad. 


Y he dejado para el final la novedad: una gatita amigurumi de orejas puntiagudas. 


Con este amigurumi ya tenía claro desde el principio que llevaría vestido y cómo sería, porque fue ver esa tela y querer usarla para esto. 


Con el lazo pasó lo mismo: destaca mucho, pero me gusta ese contraste. 


Y claro, qué otro detalle faltaba para que fuera un gato de verdad??? 


Pues un rabito rosa y blanco muy simpático, no creéis? 


Y aunque me cuesta separarme de ellos, no sé si porque me gustan o por mi síndrome de Diógenes, todos estos animalitos podéis verlos ya en mi tienda de Artesanio, listos para que un niño o niña los reciba como regalo la mañana de Navidad o la de Reyes. 

Además hasta el 6 de enero, si utilizáis el código NAVIDAD en el carrito de compra, obtendréis un 10% de descuento para ayudaros con los regalos de este año.