Como ya os había dicho, sigo enganchada a los amigurumis y, a la vez, el zoo sigue creciendo.
Los últimos que tengo totalmente terminados hasta el momento son una mona y un elefante, posando con un ficus enano, tipo bonsai que compré allá por octubre y que, milagrosamente, he conseguido mantener vivo todo el invierno. De hecho, hasta ha crecido un poco y le han salido más hojitas... todo un milagro: me encantan las plantas, pero yo no les gustó y cada vez que las meto en casa se me suicidan...
Estoy sacando estos muñecos del libro "Amigurumi World", de Ana Paula Rimoli. Aunque está en inglés son fáciles de hacer y sobre todo rápidos. Además, si la buscáis en facebook, veréis que es majísima y que le gusta ver sus patrones tejidos. Estoy segura de que incluso no tendría problema en resolver alguna duda: yo le enseñé el otro día mi primer amigurumi y fue un encanto. Ah, y ella habla español, es uruguaya.
Al vestido de la mona le añadí esa línea blanca y, si os digo la verdad, modifiqué un poco el patrón para que fuera más sencillo de hacer. Veis el rabo que le sale de debajo del vestido??? Podrá colgarse de los árboles sin problema alguno...
Y este el elefante, bien abrigado con una bufanda verde.
De lo que no estoy muy conforme es del tamaño que tienen los ojos. Son más pequeños de lo que debieran. Hasta el momento no encuentro con qué sustituir los abalorios que le puesto, pero no desisto, seguiré buscando y los acabaré cambiando.
Tanto la mona como el elefante llevan un compañero a juego: una elefanta y un mono, un poco más grande. Ahora estoy con el mono, que también va vestido, pero con un jersey solo.
Y aquí los tres que tengo hechos hasta el momento, acompañados de otra de las plantas que más me gustan y las que me han resultado más duraderas: un cactus. Hubo una época que llegué a juntarme con más de veinte en casa, todos diferentes.